Frases que inspiran

"Nunca atribuyas a la maldad lo que puede ser explicado por la estupidez"

Principio de Hanlon


sábado, 20 de agosto de 2011

La guerra de los mundos

No pretendo hablar de la novela de H.G. Wells ni de la adaptación radiofónica que tanto furor causó en su momento. De lo que quiero hablar hoy es del último chascarrillo de uno de esos cuestionables premios Nobel que, tomado en serio, sería para echarse a temblar.

Me refiero a la ocurrencia de Paul Krugman que, con toda su desvergüenza habitual, expuso en la CNN.


Puede parecer una más de las ideas, extravagantes hasta el paroxismo, proferidas por este economista yanqui (véase su adhesión a la propuesta de las “tómbolas monetarias” y su “certera” recomendación de superar la burbuja “dot-com” con la burbuja inmobiliaria) pero no logra sorprender a quienes conocemos su historial. Sin embargo, sentenciar que una “invasión alienígena” promovería el “crecimiento económico” no sólo puede resultar una afirmación propia de “freaks”, de esos que suelen entretenerse buscando ovnis en el firmamento, sino que encierra una falacia bastante común entre los economistas en general y keynesianos en particular. Me refiero, claro está, a las supuestas cualidades salvíficas de los conflictos armados para sacar de la “atonía” económica a las naciones en crisis.

Aunque esta hipótesis ya haya sido desacreditada en múltiples ocasiones, sigue constituyendo uno de los mitos que rodean al “New Deal” La verdad, es que la mera lógica debiera ayudar a concluir que una actividad netamente destructiva como la guerra difícilmente contribuirá a la productiva “creación de riqueza”. Sin embargo, una y otra vez resurge el absurdo. Por supuesto, muchos son los supuestos “expertos” que se sumarían a la sugerencia de un incremento discrecional del gasto público como panacea universal.

Siguiendo lo dicho por Krugman, al hacer esto, 
los alienígenas nos estarían haciendo un favor.

Pero ello no es lo más grave. Cuando el auténtico despilfarrador, por muy “pragmático” que le vean sus aduladores, que ocupa el despacho oval cae a sus niveles más bajos de popularidad habría quien pudiera pensar que un “acontecimiento bélico” reforzaría su autoridad. El principal “lobby” del complejo militar-industrial ya sugirió que entrar en guerra permitiría a los EE.UU. salir de la crisis. En este contexto, las exigencias de Obama a otros jefes de estado, por muy despóticos que sean sus regímenes, debiera alertar a todos. Parece que cada minuto que transcurre en Oriente Medio nos acerca cada vez más a una guerra de enormes proporciones.

Mientras tanto, en suelo americano, las protestas civiles se antojan inminentes y bien pudieran justificar la instauración definitiva del “estado policial” a la par que servir de excusa para una jugosa “mordida” fiscal.
Que se le va a hacer, la mente humana es insondable. Si hay gente capaz de pensar que unos “malvados especuladores”, que están sufriendo su peor mes desde la quiebra de Lehman Brothers, son los responsables de un “golpe de estado”, resulta perfectamente coherente que mientras el gobierno federal americano coquetea con la “suspensión de pagos”, algunos, “erre que erre”, se apresten a aporrear el “tambor de guerra”.

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