Frases que inspiran

"Nunca atribuyas a la maldad lo que puede ser explicado por la estupidez"

Principio de Hanlon


martes, 24 de diciembre de 2013

Ante todo y para todos, FELIZ NAVIDAD

Como viene siendo habitual por estas señaladas fechas, siempre sale algún exagerado denunciando que van a prohibir la Navidad. Las pruebas, según ellos, son evidentes. Ese nuevo “anticristo” que es Obama comete la osadía de felicitar estas fiestas sin hacer mención expresa a Cristo y la Navidad. En el ejército más poderoso del mundo se persigue a los que usan ese término y hasta el NORAD está rastreando el recorrido del trineo de Santa Claus. Confío en que ningún “drone” se interponga en su camino.

Una festividad como la Navidad, que hunde sus raíces históricas en las fiestas paganas en honor a Mitra, las “saturnalias” y el Sol invicto, ha tenido necesariamente que reinventarse a lo largo de los siglos. Algo queda de aquella época pretérita en la que la comunidad se guarecía en casa del frío invernal y daba cuenta de animales sacrificados bien regados con alcohol. Era una forma de sobrellevar mejor esos días oscuros. Hoy día, tiene su reflejo en tantos banquetes que reúnen a amigos y compañeros de trabajo hasta avanzadas horas de la madrugada.

Sin embargo, lo que resulta más polémico es la pérdida progresiva de preponderancia del significado religioso a favor de un carácter meramente comercial. Respecto a esta concepción “mercantilista” que tiene hoy la Navidad, decir que tiene su origen en los Estados Unidos. Fue el resultado de reconducir una fiesta con un cariz demasiado católico para el gusto protestante sin caer en los festejos barriobajeros y borrachuzos que encarnaban la alternativa pagana.

Se constituyó así una fiesta centrada en el hogar, propiedad privada por antonomasia. Una fiesta mucho más familiar concebida casi a imitación del día de “Acción de gracias”. Una celebración que ensalzaba a unos miembros de la familia hasta entonces minusvalorados, los niños. No olvidemos que esos Estados Unidos del siglo XIX, eran los de la Revolución Industrial. Fue una época en la que la creación de riqueza y prosperidad alumbraron una clase media acomodada ávida de celebrar su éxito. Fueron los años que pusieron fin a la esclavitud en Occidente y que permitieron liberar, gracias a la industrialización, de la carga del  trabajo a importantes capas de la población como los niños.

En esa época, la imaginación de personas como Clement Clarke Moore y Thomas Nast configuraron al icono navideño más indiscutible, Santa Claus. Los grandes almacenes y sucesivas generaciones de niños hicieron el resto. El resultante de este crisol de influencias es el período vacacional del que actualmente disfrutamos. Aprovechémoslo como se merece, celebrándolo como a cada uno le parezca. Así que, consideréis como la consideréis, a todos o deseo FELIZ NAVIDAD.