Frases que inspiran

"Nunca atribuyas a la maldad lo que puede ser explicado por la estupidez"

Principio de Hanlon


sábado, 30 de julio de 2011

Del 18-J al 20-N

En España, los cambios se precipitan. Por poner una fecha, la mecha se prendió el 18 de julio. Abrió fuego el CEO del decadente “imperio” Prisa. Escasos diez días después, ZP cede.


Comienza una “batalla” llena de incertidumbres. El desenlace, el próximo 20 de noviembre. El despliegue de medios para las “elecciones generalísimas” estaba ya siendo preparado por el aparato del partido. Poco habrá influido (o quizá no) el ultimátum de la “plutocracia patria” que, en un gesto de patriotismo (interesado), se desdice y niega su apoyo al que hasta hace poco alababan públicamente.

Algunos hablarán de adelanto electoral pero lo que realmente hemos sufrido es un empobrecedor retraso del inevitable cambio de gobierno. El descalabro sufrido durante el “desgobierno ZP” es más que evidente. Entre tanto, nuestros “tutores internacionales” nos siguen mandando recomendaciones (¿de obligado cumplimiento?). Por otro lado, mientras el empleo veraniego apenas cuestiona nuestra consideración como una de las potencias mundiales en “paro”, tras las vacaciones (de los políticos) se vislumbran “ajustes” relevantes. Y mucho me temo que lo que hasta entonces era tabú, dejará de serlo, por mucho que ahora lo niegue el que deberá acometer el temido “tijeretazo”. Y es que, prorrogar unos presupuestos erróneos no alterará la conclusión lógica, España se dirige a la quiebra.

En fin, no nos martiricemos más y guardemos un minuto de silencio para recordar a quien ha sido “factor facilitador” (diapositiva 10) de esa “crisis”, que según él, no existía

miércoles, 27 de julio de 2011

Maldita crisis

Maldita crisis. Lo cierto es que no lamenté cuando el ejecutivo, obligado por nuestros nuevos gobernantes, los tecnócratas del FMI y la Comisión Europea (instituciones ambas refractarias al concepto clásico de democracia); aplicó un tijeretazo al salario de los empleados públicos. Cuando ello aconteció, cierto es, no cobraba como ahora un sueldo de la administración pero, teniendo en cuenta que en algunos países de nuestro entorno, la formación médica especializada no sólo no es remunerada sino que es de pago, a día de hoy tampoco rechazo la medida. Igualmente, no consideré un “atentado contra el estado de bienestar” cuando ese mismo “gobierno títere”, cumpliendo las órdenes de sus nuevos amos, dictaminó que las pensiones públicas no se revalorizarían de acuerdo al incremento del IPC con la consiguiente pérdida de poder adquisitivo que ello conlleva. Soy consciente desde hace bastante tiempo que ese “pilar del estado de bienestar” conocido como Seguridad Social, no es más que un gigantesco “esquema ponzi” que contribuirá al colapso definitivo de las Haciendas Públicas de las naciones de Occidente. Aun así, todavía no contemplo abandonar el país.

Sin embargo, sí lamentaré amargamente como la crisis y su repercusión en el mercado publicitario se ha llevado por delante una de esas honrosas excepciones que pervivían en la parrilla televisiva entre la mediocridad generalizada que ejemplifican tertulias barriobajeras, eventos deportivos “narcotizantes” y demás subproductos de la telebasura.

El fin de la emisión de la “Tertulia de los catedráticos” supone todo un mazazo que traduce la precaria situación financiera que vive LDTV y, en general, todos los canales minoritarios de la TDT que se han de contentar con las migajas de la tarta publicitaria que se reparten las grandes empresas del sector, que se encuentran además en proceso de consolidación (adquisición de la Cuatro por Telecinco y la más que previsible asunción por Antena3 de la ruinosa Sexta)

No deja de ser curioso como una iniciativa que pretendidamente debía fomentar la pluralidad en el sector televisivo acaba deviniendo en todo lo contrario. Será que la mentira es constitutiva al discurso político o tal vez porque éstos saben que se dirigen a una sociedad acrítica y desinformada. Si lo cierto es lo segundo, con más razón debe lamentarse la desaparición de un espacio tan enriquecedor intelectualmente. Por todo ello, disfruten del último programa emitido y esperemos que la dirección de la cadena sepa rescatar y dar cabida en su programación para la nueva temporada un formato equivalente.


jueves, 21 de julio de 2011

Inflación revolucionaria

Podría haber escrito esto el pasado 14 de julio, pero me pareció poco patriótico, desde el punto de vista de un español, conceder ese honor a nuestro particular “vecino del norte”. Lo cierto es que, entre obligaciones y entretenimientos, no me he puesto hasta hoy.

La República Francesa celebra sus fastos olvidando los fracasos monetarios
que jalonaron el fin del Antiguo Régimen y la construcción del nuevo.
Hoy día, vivimos expectantes del posible hundimiento de otra moneda fiduciaria, el EURO

Tampoco urgía realmente lo que quería comentar. Al fin y al cabo, los mitos que rodean al acto inaugural de la Revolución Francesa son de sobra conocidos. Sin embargo, no lo son tanto los descalabros monetarios que precedieron a la caída de la monarquía borbónica y el acontecido en pleno fragor revolucionario.Ambos casos representan ejemplos flagrantes de cómo una crisis económica es capaz de catalizar profundos cambios políticos. He aquí dos interesantes documentales al respecto.

La "burbuja del Mississippi" y el papel moneda de John Law


Los "asignados" revolucionarios y
 cómo su valor caía más veloz que la guillotina

Para más información sobre la inflación francesa en esta convulsa época, consulten este trabajo .

miércoles, 13 de julio de 2011

Medios de "manipulación" masiva

Una de las decisiones que tomé cuando me cambié de casa es que en mi nuevo hogar no quería tener televisión. Aparte de evitarme las distracciones que dicho invento engendra y de suponer una excentricidad más por mi parte, ello supuso una desconexión total de uno de los ingenios de manipulación más refinados que ha creado la mente humana.

Series de ficción, informativos de masas, tertulias sobre los temas más diversos en las que participan “presuntos expertos”, etc. En definitiva, horas y horas diarias de inanidad, desinformación e insultante ignorancia. Nada nuevo para cualquiera que haya perdido su precioso y tasado tiempo consumiendo “telebasura”.

«La audiencia en la sociedad democrática, es la que manda y la televisión basura tiene que obedecer a esta demanda. Y no ya por razones éticas o morales, sino por razones de simple supervivencia democrática. Lope de Vega, hombre de teatro, conocía las leyes del mercado siglos antes de la televisión: "Si el vulgo es necio, es justo hablarle en necio para darle gusto."» Es lo que nos cuenta el maestro Gustavo Bueno. No le falta razón. La gente ya tiene bastantes problemas en su vida personal. Al llegar a casa y encender su televisón, sólo quieren una cosa, desconectar de la realidad. Es una evidencia y los medios de “manipulación” de masas saben sacar partido de ello.

Por citar a otro reputado pensador, Noam Chomsky, que ,a pesar de su ideario nada recomendable, es el analista político norteamericano (ANTI-norteamericano, mejor dicho) más leído en el mundo hispano. A pesar de sus flagrantes mentiras y sus quebraderos de cabeza, próximos a la paranoia, ha realizado certeros análisis en lo que a los medios de comunicación modernos se refiere. Escuchémosle con atención:



Una vez transmitido el mensaje principal que quería compartir, me permito ahora un inciso de actualidad. Y es que hablando de Chomsky, no puedo dejar de recordar a aquel estrafalario dirigente que le dio por muerto. Ese demagogo anti-yanqui cuyos subordinados mantienen buenas relaciones (comerciales) con los “agentes del Imperio”. Ése al que algunos llaman el “gorila rojo” se ha reconciliado recientemente con la Santa Madre Iglesia. Parece ser que está enfermo de gravedad y ha querido recibir la extremaunción para contar con la gracia divina para afrontar este duro trance. Visto está que los “socialistas del siglo XXI”, a diferencia de Sir Bertrand Russell, no se conforman con ser socialistas sino que, además, pretenden ser cristianos.


Chávez NO es Bertrand Russell, quien dijera al verse incomprendido que:
“Yo soy socialista. No pretendo ser cristiano

Atacados por "nuestro bien"

Con la tardanza que me caracteriza, superado por otras obligaciones, vuelvo a recurrir a esta ventana para airear mis pensamientos.

Quisiera aprovechar en esta ocasión para rescatar unas imágenes no suficientemente publicitadas. Es cierto que no soy un entusiasta del llamado “movimiento 15-M” pero, lo que no se puede permitir, es dejar que mis filias y fobias me impidan apreciar evidentes excesos de las fuerzas del Estado.



En contadas ocasiones, es lícito recurrir a la violencia. Recordemos el artículo 2 de la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano y su mención de la “resistencia a la opresión”. Sin embargo, tampoco olvidemos que nos encontramos en un “estado de derecho”. Podrá lastrar todas las disfunciones y carencias que queramos, pero no podemos pasar por alto este hecho. No es por tanto lícito atacar a personas mientras acuden a su trabajo por mucho que su oficina se encuentre el parlamento de Cataluña.

Por supuesto, los políticos no deberían ser distintos al resto de la ciudadanía en los países llamados “democráticos”. No deberían llevarse a engaño y creerse inmunes a la ira popular. Torres más altas han caído, reyes y tiranos de todo pelaje han perdido algo más que su cetro cuando “indignación de la plebe” ha escapado al control de los que se pretendían beneficiar de ella.



Como reflexión genérica, lo dicho es, en mi opinión, difícilmente discutible. No obstante, lo que no debía generar titubeos es la condena del uso de las fuerzas y cuerpos del Estado para incitar el caos y poder así justificar, retrospectivamente, el uso de la violencia.


Habrá quien considere cuestionable que se abran las puertas de las instituciones públicas a los “indignados”. Pero una cosa es extenderles la alfombra roja y otra muy distinta es golpearles hasta en el carné de identidad. Lamentablemente, no me ha sorprendido la opacidad con la que los medios de masas han procurado ocultar la evidencia. Los que siembran la violencia son los mismos que se encargan de aplacarla, obviamente, “a palos”.