
Series de ficción, informativos de masas, tertulias sobre los temas más diversos en las que participan “presuntos expertos”, etc. En definitiva, horas y horas diarias de inanidad, desinformación e insultante ignorancia. Nada nuevo para cualquiera que haya perdido su precioso y tasado tiempo consumiendo “telebasura”.
«La audiencia en la sociedad democrática, es la que manda y la televisión basura tiene que obedecer a esta demanda. Y no ya por razones éticas o morales, sino por razones de simple supervivencia democrática. Lope de Vega, hombre de teatro, conocía las leyes del mercado siglos antes de la televisión: "Si el vulgo es necio, es justo hablarle en necio para darle gusto."» Es lo que nos cuenta el maestro Gustavo Bueno. No le falta razón. La gente ya tiene bastantes problemas en su vida personal. Al llegar a casa y encender su televisón, sólo quieren una cosa, desconectar de la realidad. Es una evidencia y los medios de “manipulación” de masas saben sacar partido de ello.
Por citar a otro reputado pensador, Noam Chomsky, que ,a pesar de su ideario nada recomendable, es el analista político norteamericano (ANTI-norteamericano, mejor dicho) más leído en el mundo hispano. A pesar de sus flagrantes mentiras y sus quebraderos de cabeza, próximos a la paranoia, ha realizado certeros análisis en lo que a los medios de comunicación modernos se refiere. Escuchémosle con atención:

Chávez NO es Bertrand Russell, quien dijera al verse incomprendido que:
“Yo soy socialista. No pretendo ser cristiano”
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