Frases que inspiran

"Nunca atribuyas a la maldad lo que puede ser explicado por la estupidez"

Principio de Hanlon


jueves, 3 de enero de 2013

Vértigo ante el abismo

Y ahora algo más serio. Para poner en perspectiva la última "victoria" del inquilino de la Casa Blanca reproduzco aquí un gráfico encontrado en la web ZeroHedge.com, uno de los sitios imprescindibles donde recabar información si uno pretende seriamente entender lo que pasa en el submundo de las finanzas y la macroeconomía.


No cabe duda, en casos como este, una imagen vale más que mil palabras. Lo malo es que después de ver esto, sin contar al ministro Montoro,  todavía habrá quien justifique que el tesoro norteamericano sufre un problema de falta de ingresos.

Apocalipsis a la americana

Con motivo del llamado “abismo fiscal” (Fiscal Cliff para los angloparlantes) los agoreros de turno se precipitaron a proclamar el inminente cataclismo de no aprobarse algún tipo de acuerdo que permitiera salvar la cara al reelegido presidente Obama. “Una nueva recesión” decían. “Inevitablemente contagiaría a Europa” pronosticaban. Cargaban las tintas contra esos seres desalmados que supuestamente son los republicanos. Como es bien sabido, la prensa internacional no se molesta en ocultar su inquebrantable “sesgo progre”.

Sin embargo, si los periodistas se molestaran en hacer bien su trabajo (quizá por eso, y no quiero hacer demagogia, tantos periodistas se están quedando si él) sabrían que desde hace mucho en Washington DC. existe un consenso tácito para expandir el poder gubernamental. Salvo unos pocos idealistas que todavía se empeñan en batallar contra el “Big government”, el resto de senadores y diputados “republicanos” en poco se diferencian de sus homólogos “demócratas”.


Símbolo del partido “republicrat” 

Sólo cuestiones de matiz, imposturas de cara a la galería. Banderas estadounidenses más grandes que las del oponente. Erigirse en defensor de supuestos “valores familiares” que no practican. Algún arranque patriotero de vez en cuando. En fin, eso me recuerda a las pequeñas singularidades de dos películas hollywoodienses (Made in USA) sobre un acontecimiento realmente apocalíptico. Siempre he defendido que se trata de las versiones “demócrata” y “republicana” sobre cómo afrontar el impacto de un meteorito sobre la tierra. Dejando de lado la viabilidad técnica de reventar el meteoro con una bomba atómica, propuesto en ambos filmes, autentica imagen de marca americana; resaltan ciertos detalles. 

Por ejemplo, en la “demócrata” DEEP IMPACT, se subraya el papel del gobierno, con un Morgan Freeman como Presidente, que cierra la cinta con un discurso desde un Washington en reconstrucción. Asimismo, para evitar ser tachados de “imperialistas” en esta película los fragmentos del asteroide que llegan a la Tierra arrasan New York y el resto de la costa este americana, baluartes electorales de la casta “patricia” del partido demócrata (si fuera freudiano me plantearía si eso traduce algún tipo de instinto suicida). 





Por el contrario, en la “republicana” ARMAGEDDON, al presidente sólo se le escucha “rezando”. Los protagonistas se ganan la vida en un oficio tan respetable como el de la prospección petrolífera. Los meteoritos que impactan en nuestro planeta no dañan la patria del “destino manifiesto” sino que castigan a esos ingratos europeos (París) y algún punto del extremo oriente (China? Como se puede apreciar, son sólo pequeños detalles pero que vistos en conjunto marca una gran diferencia.



 No obstante, hay una frase que ilustra mejor que ninguna otra el carácter “republicano” de la producción cinematográfica. Me refiero a la secuencia en la que el protagonista , Bruce Willis, que nunca ha ocultado sus simpatías “republicanas” expone sus condiciones para salvar al mundo. Traduce esto dos características muy “republicanas” que se han visto en el debate sobre el precipicio fiscal: primero, aun en condiciones de máxima urgencia, se deben exigir contraprestaciones, y segundo, si se puede lograr, lo que debe quedar claro es que no se quiere pagar ni un impuesto más.