Frases que inspiran

"Nunca atribuyas a la maldad lo que puede ser explicado por la estupidez"

Principio de Hanlon


viernes, 10 de agosto de 2012

“Una utopía hacia la paz”



A causa de la algarada perpetrada recientemente en un par de supermercados andaluces, ha vuelto saltar a la primera línea informativa el estrafalario grupo articulado en torno a Juan Manuel Sánchez Gordillo. Él y sus incondicionales tiene en Marinaleda su centro de operaciones. En esta localidad sevillana, desde hace tres décadas, las mismas que lleva Gordillo al frente del municipio, se ha erigido un baluarte del comunismo, el penúltimo intento de materializar la utopía. Hasta que el experimento llegue a su inevitable conclusión, esto es, su rotundo fracaso, no estaría de más analizar al personaje y, lo que es más importante, sus perturbadoras ideas. Y es que, aunque estoy seguro que una gran mayoría de españoles es consciente de lo equivocado de las mismas, en unos tiempos de tribulación como los actuales, bien pudieran encandilar a unos cuantos desesperados. 


Comencemos por el complacido protagonista de momento. Puede que sea la atonía informativa que suele caracterizar los meses de verano o que los periodistas contratados para cubrir los meses estivales tengan un singularmente marcado sesgo “izquierdista”. De lo que no cabe duda es que desde que el mismísimo New York Times se fijara en este particular bastión comunista, no se le había dado tanta publicidad a las ocurrencias de Gordillo y sus seguidores. Y no es desde luego porque el tipo sea discreto y juicioso en sus actuaciones públicas. Sirva de ejemplo su compromiso ante el parlamento andaluz.

 

Sorprende asimismo el cierre de filas que la renacida Izquierda Unida ha efectuado para proteger a este eterno disidente que en multitud de ocasiones ha amenazado con abandonar la coalición. Casi tantas como las ocasiones en las que la propia cúpula dirigente de los “postcomunistas” ha invitado a irse al propio Gordillo. El último encontronazo serio tuvo lugar tras las elecciones autonómicas andaluza. Aseguró que ni muerto pactaría con el PSOE . Cierto es que su voto discrepante no fue necesario para que Griñán siguiera ocupando el Palacio de San Telmo y aunque la dirección de IU hizo caso omiso a sus exigencias de una consulta asamblearia a las bases de la coalición, como sí ocurrió mismamente en Andalucía, tampoco amonestó al “barbudo” por su actitud contestataria .


Compartir el poder con el PSOE, partido que en palabras del propio Gordillo es sinónimo de “paro, corrupción y guerra”, es un “suplicio” que los comunistas más conciliadores, con Diego Valderas a la cabeza, están dispuestos a soportar. Mientras pervivan “luchadores” como Gordillo, que recuerden al resto de sus compañeros sus discrepancias doctrinales con el PSOE y su “corrupta” gestión, podrán seguir con la conciencia tranquila. Al menos, hasta que la precaria situación financiera de la Junta de Andalucía condicione nuevos recortes presupuestarios de los que tendrán que hacerse corresponsables. Quizá entonces, cuando arrecien las dificultades el próximo año, los miembros de IU que ahora disfrutan de las mieles del poder pasarán a saborear el amargor del gobernante. Desearán entonces volver al campo con Gordillo y sus incondicionales. Así podrán volver al discurso maximalista, tan erróneo como irreal, que se ha convertido en la seña de identidad de Gordillo y los suyos. Como conclusión y ejemplo de lo anterior, transcribo los puntos “irrenunciables” del programa de gobierno que aspira a implantar algún día este comunista irredento. 

 Los diez Mandamientos de Marinaleda: 

1.- Renuncia expresa del PSOE a las políticas neoliberales. Renuncia a todo tipo de recortes. 
2.- Revolución económica: Banca Pública andaluza, nacionalizar las cajas de ahorros, ayuda financiera al cooperativismo y acceso de los trabajadores a los puestos de producción. 
3.- Revolución agraria: Apuesta por la agricultura y la ganadería familiar. Reforma que acabe con el latifundio y explote la tierra mediante cooperativas. Acercamiento de la producción al consumidor: alimentos sanos, sostenible y cercanos. 
4.- Revolución urbanística: cada andaluz por el hecho de serlo, debe tener derecho a una vivienda digna. Nueva ley del suelo en la que se diga que todo el suelo es público e “inespeculable”. Banco público de suelo y viviendas de alquiler.
 5.- Revolución democrática: ley electoral que haga efectivo un hombre/una mujer, un voto. Desaparición de las diputaciones, apuesta por los ayuntamientos. Referendos vinculantes. 
6.- Revolución ecológica: la naturaleza no puede ser una mercancía que se compra, se vende y se destruye. Todos los montes deber ser públicos. Desprivatización del agua dulce. Repoblación. No a las patentes de semillas. Andalucía, libre de cultivos transgénicos. 
7.- Revolución laboral: plan público de empleo para todos. Renta pública para los parados que incluya sueldo y casa. 
8.- Revolución energética: la energía pública e “inespeculable”. Apuesta por la sola y eólica. Nacionalización de las energías alternativas. 
9.- Revolución de los servicios sociales: creación de 10 hospitales y 100 centros de salud en Andalucía. Creación de una red pública de centros para niños de 0 a 2 años. 
10.- Andalucía libre de las bases militares de Rota y de Morón. 

                              Tomados de la Crónica de ElMundo (1-4-2012)

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