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Principio de Hanlon


viernes, 31 de agosto de 2012

Pasado y futuro de las pensiones

Hubo un tiempo no muy lejano en el que las cotizaciones sociales daban para mantener el esquema de pensiones públicas y el sistema nacional de salud, INSALUD se llamaba en aquel entonces.

A día de hoy, los ingresos que sustentan los presupuestos de los distintos sistemas “regionales” de salud ya sólo proceden de los impuestos, digamos ordinarios. En 1986, apenas el 24% del presupuesto procedía de dichos impuestos. Desde el 2001, la sanidad pública española paso a depender de los impuestos generales y, en una proporción creciente, de los impagos de la administración a los proveedores. Cuando la capacidad de las empresas suministradoras para soportar la morosidad pública no ha dado más de sí, se ha traspasado el peso del desfase presupuestario sobre los hombros de los propios profesionales sanitarios. 



Mientras tanto, las cotizaciones a la Seguridad Social, que entre la mal llamada cuota patronal y la del trabajador (que sí figura en la nómina del asalariado), pueden llegar a suponer un tercio del salario bruto, permitieron que se generara un excedente que se invirtió en la “hucha” de las pensiones. Las inversiones de este fondo se centraron en productos de escaso riesgo y, a la vez, baja rentabilidad, es decir, deuda pública de países europeos fiables: Alemania, Holanda, Francia y, en ese momento, España. 

Llegaron los días turbulentos y la deuda pública española perdió su máxima calificación crediticia, esto es, su rentabilidad creció de forma sustantiva paralela al riesgo inherente a la inversión. Comenzaron entonces a liquidarse las inversiones en deuda extranjera para comprar la más “rentable” deuda española. Desde 2008, la proporción deuda española-extranjera ha pasado de 55-45 al 90-10

Sin embargo, el hecho de que la supuesta “hucha” de las pensiones dependa en cada vez mayor medida de los impuestos de los posibles beneficiarios para pagar los supuestos rendimientos de sus inversiones no es lo más preocupante. El pasado año, la tesorería de la Seguridad Social volvió a registrar déficit. Es más, ya se ha tenido que recurrir a una de las supuestas “huchas” de las que dispone la administración para pagar las pensiones del mes de agosto y no se descarta que haya que seguir haciéndolo en los próximos meses.


Y para colmo de males, recientemente se ha hecho público que ya hay menos de dos cotizantes por cada pensionista . Tranquiliza saber que, como aconsejan algunos de los economistas más “progresistas”, las pensiones pueden financiarse por medio de otras fuentes impositivas y no exclusivamente a través de las cotizaciones. Esto es, pueden subirse otros impuestos. Y, no lo olvidemos, todo esto para mantener viable un esquema que en poco se diferencia de una estafa piramidal.


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