Una medalla no es suficiente

Los medios de comunicación patrioteros ya tienen una excusa para demostrar su ingenio. Sinceramente, espero que estas portadas efectistas no logren deslumbrar al “españolito medio” más que los metales preciosos conseguidos. Confío que sea sólo otro ejemplo de cómo se ha sacrificado la profesión periodística ante el altar de la servidumbre política para mayor descrédito de un gobierno desnortado que sobrevive cada día a base de ocultar las vergüenzas patrias.

Personalmente, yo que siempre he estado en contra de los sucesivos intentos, hasta ahora felizmente fracasados, de organizar en la capital del Reino de España unas Olimpiadas, estoy siguiendo las celebradas el Londres con una coherente desgana. Apenas me interesa ese remedo de lucha que mantienen la vigente potencia hegemónica y el aspirante al título. Ya lo decía Francisco Umbral, el “deporte es una estilización de la guerra”.

A juzgar por los resultados del medallero, la dictadura comunista china va camino de alzarse con la victoria. Mientras tanto, esa potencia regional, un mero protectorado de la “TROIKA” (CE-BCE-FMI) en la que se ha convertido España, apenas destaca en los deportes pasados por agua. Por el momento, dos medallas de oro, seis de plata y un bronce es lo que han logrado los deportistas que lucen los colores de España (Made in Russia, por cierto).

Parece que fue hace mucho tiempo pero hace apenas 5 años, el nefasto ejecutivo ZP liquidó un tercio de nuestras reservas de oro. Se nos dijo entonces que los lingotes de oro eran activos arriesgados. A los pocos meses de ponerse a la venta, las pérdidas patrimoniales ya eran milmillonarias. Pasados los años, con la onza de oro cotizando en niveles nunca vistos, resulta que de no haberlas vendido (mayoritariamente a Rusia, por cierto) ahora valdrían el doble.

Un pensamiento fugaz me vino a la cabeza al ver la portada expuesta más arriba. ¡Si al menos pudiéramos emplear el oro obtenido por nuestros deportista para saldar nuestra ya impagable deuda! Sin embargo, mi sorpresa fue mayúscula al comprobar que realmente las medallas de oro no son de oro. No contento con semejante descubrimiento, me enteré que en este alocado y endeudado mundo hay gente tan ociosa que se dedica a calcular las medallas de oro necesarias para hacer frente a nuestros compromisos . 

España, medalla de BRONCE en deuda total

Con apenas 28 “oros” por cada niño, adulto y anciano de este país sería suficiente. Pero no se hagan ilusiones tan pronto. Con semejante hazaña olímpica sólo lograríamos cubrir la deuda pública emitida hasta el momento. Ese montante, ni siquiera es realmente toda la deuda pública en circulación ya que se excluye parte de la misma por obra y gracia de las estadística europeas.

La línea roja representa la deuda pública oficial (la que se menciona en la prensa) 

y la línea azul se corresponde a la deuda resultante de sumarle las partidas excluidas 

por el Tratado de Maastricht y el Protocolo de Déficit Excesivo.

Mientras el español de a pie se entretiene aunque sea sólo unos días con los méritos deportivos de nuestros campeones olímpicos, el gobierno prepara con discreción nuevos ajustes. Como contador de una bomba de relojería, nuestra deuda TOTAL ya ha alcanzado niveles impagable. Sólo una quiebra y una total restructuración del sobredimensionado sector público podrían evitar nuevos impuestos y un prematuro colapso del presunto "estado de bienestar". Optar por ajustes sin criterio y nuevas alzas impositivas impelidos por nuestros acreedores europeos tiene tantas posibilidades de éxito como aspirar a lograr saldar nuestras deudas a base de “oros olímpicos”.