Frases que inspiran

"Nunca atribuyas a la maldad lo que puede ser explicado por la estupidez"

Principio de Hanlon


sábado, 7 de abril de 2012

Viernes Santo, festivo en Cuba.

Uno de los logros tangibles de la visita papal a Cuba es que tal día como hoy, Viernes Santo para los católicos, ha sido declarado festivo. Se repite pues el logro que se atribuyó a su predecesor en el “trono de San Pedro”, Juan Pablo II, al conseguir que las autoridades comunistas decretaran que el 25 de diciembre fuese considerado “no laborable”.


Aunque todavía no es definitivo, parece que la diplomacia vaticana se ha apuntado un tanto. Los cubanos deben estar deseando la próxima visita de un nuevo pontífice para tener otra jornada de asueto para disfrutar de un plácido día caribeño. Cabe reflexionar sobre si los llamados “laicistas” de nuestro país renunciarían al carácter “no laborable” de tantas jornadas, inequívocamente cristianas, que jalonan nuestro calendario.

Un éxito, a pesar de las declaraciones del papa antes de pisar uno de los últimos reductos comunistas del planeta. Declaró como evidente que “la ideología marxista ya no responde a la realidad”. Al parecer, según el papa, esa ideología sí lo hizo en el pasado. No profundizaremos en ello, dejando a un lado las consecuencias, cuantificables, en vidas humanas sacrificadas, que tuvo la opción marxista para encarar la realidad.

Sin embargo, los inmortales” que rigen el destino de la mayor de las Antillas son tozudos y siguen confiando en sus viejas tradiciones. Si bien admiten la pleitesía del Papa y su corte, no consienten que ninguno de sus “súbditos” se acoja a “sagrado”. Aceptan que su invitado de honor cuestione la cosmovisión marxista pero bajo ningún concepto permiten que la liturgia eucarística sea interrumpida por un espontáneo que proclama: ¡abajo el comunismo!





No voy a entrar en el debate sobre si el pontífice, como autoridad terrena que es, debiera haberse reunido con los opositores al régimen. Wojtyla tampoco lo hizo. Si bien es cierto que a muchos les ha llamado la atención que se reuniera hasta con Chavez, no debería extrañarnos que los disidentes anticastristas volvieran a quedarse solos y desvalidos.



Personalmente, la actitud de las altas jerarquías católicas no me ha sorprendido para nada. De hecho, y tiene gracia que sea un ateo quien resalte esto, es lo que se supone que debieran hacer. “Habrá más alegría en el cielo por un solo pecador que se convierta, que por noventa y nueve justos que no necesitan convertirse”. Así reza el evangelio de Lucas, capítulo 15, versículo 7.



Quizá la conversión de Chavez y sus ruegos para que su plena reunión con Cristo se demore todo lo posible pueda resultar obsceno e incluso sacrílego para el común de los mortales, pero para la curia vaticana, cuyo reino no es de este mundo, supone un alma salvada del infierno. ¿Quién sabe? A lo mejor ahora lo “progre” es ser cristiano. ¿Acaso Jesucristo no fue un “indignado”?

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