Frases que inspiran

"Nunca atribuyas a la maldad lo que puede ser explicado por la estupidez"

Principio de Hanlon


jueves, 6 de octubre de 2011

Noticias cruzadas

Para empalmar con el anterior comentario, se me ocurrió que podría profundizar en el asunto del yerno de su Majestad, pero he de reconocer que el miedo a que me cierren la página o ser encausado por injuriar a la Corona al revelar ciertos secretos, determinó que declinara ahondar en ese tema.



Si tiene una buena opinión de nuestro "campechano" monarca, NO PULSE PLAY

Pensé a continuación que quizá sería interesante continuar resaltando la flagrante corrupción evidenciada en el trato de favor otorgado por Gallardón (próximo ministro de fomento, dios no lo quiera) a Florentino Pérez. Sin embargo, constatar que sus loas al contraejemplo del “fair play” reciben mayor atención mediática que su cuestionable actuación al frente de ACS, ávida por liquidar activos para hacer frente a su sobredimensionada deuda, me desalentó tanto que desisto y ni mentaré su última gran obra.

Así que, huyendo de noticias serias, caí por casualidad ante un ejemplo de censura en aras corrección política. Trataba de la casta, a la par que ñoña, intención de ocultar los encantos femeninos de cierta política canadiense. Casualmente, ese mismo día, algunos se hicieron eco del supuesto retoque fotográfico aparecido en ElPaís. Resultó ser una filfa, pues se trataba en realidad de una muy poco marcial pose de nuestra ministra de defensa.

Por supuesto, la tontería anterior me importa un bledo, pero, aprovechando que el Pisuerga pasa por Valladolid (ahora que vivo aquí tiene más gracia decirlo), el mentar a la ministra del ramo me da pie a comentar ciertos hechos poco divulgados sobre el despilfarro cometido con la excusa de hacerse por nuestra “propia seguridad”.

Y es que, por si alguien no lo sabía, la práctica suspensión de pagos de las administraciones públicas ha llegado también al antaño conocido como ministerio de la guerra. No podemos seguir pagando el armamento que frívolamente hemos (los políticos en nuestro nombre) encargado. La factura es brutal, 26.000 millones de deuda. Se sospecha que incluso más. “No deberíamos haber adquirido sistemas [de armas] que no vamos a utilizar, para escenarios de confrontación que no existen y, lo que es más grave, con un dinero que no teníamos entonces ni tenemos ahora”, opina juiciosamente el actual secretario de defensa, Constantino Méndez. Que duda cabe que este gobierno también tiene su parte de culpa, pero en este caso el grueso del dispendio corresponde al gobierno Aznar, caballero de la “Real Orden de la Azores” y “modernizador” de los ejércitos de España. De todas maneras, lejos de acabar con la prodigalidad en el gasto “defensivo”, ZP, adalid de la “paz perpetua”, siguió la estrategia de dilapidar la recaudación tributaria comprando bombas, carros de combate y otros “juguetes” de vital importancia para la nación en su conjunto.

Analizando la noticia, resulta interesante constatar como en nuestro país también impera el modelo, vigente en USA, el  del Complejo Militar-Industrial. Este aberrante esquema consiste en que el gobierno se encarga de conceder créditos preferenciales a una industria para que fabrique los productos que posteriormente les comprará ese propio gobierno. O sea, les prestamos para que nos vendan el resultado de la inversión adelantada por nosotros mismos. Un negocio redondo, para la industria armamentística, claro.

Para mayor escarnio, si en algo se ha ahorrado en este capítulo presupuestario, ha sido para ningunear a aquellos ilusos soldados (mercenarios “de facto”) que creen defender a su patria luchando en guerras extranjeras. Pero tranquilos, quizá para evitar nuevos despidos, el próximo gobierno ya adelanta que podrá ser austero en otros ámbitos pero no escatimará un euro en la “defensa de la nación”.

Y aquí debería terminar la exposición pero, casualidades de la vida, una nueva noticia se cruza en mi camino. Ese líder “pacifista” que, inmerecidamente, tenemos por presidente, ha cedido parte de nuestro territorio soberano para servir a la defensa de una potencia extranjera. Lo hace, como no, por su positivo “impacto socioeconómico” (resáltese que ya confunde millones con millares) y lo hace sin reparar en las “exigencias” de nuestros pretendidos aliados.


ZP, viaje de ida y vuelta. De la retirada de Iraq a la claudicación de Rota

Ante este denodado esfuerzo por complacer a nuestros “socios” militares, puntuales “espinitas” judiciales bien merecen quedar en un discreto segundo plano.

No hay comentarios:

Publicar un comentario