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jueves, 15 de septiembre de 2011

MariObama, acercándose a "game over"

Uno de esos grupúsculos de “extrema derecha” americanos, cuya preocupación por la viabilidad fiscal de su nación y el porvenir de generaciones ya endeudadas hasta la saciedad desde el mismo momento de su nacimiento a buen seguro les haría merecedores del calificativo antedicho por parte de progresistas, socialistas, keynesianos y demás ralea biempensante; ha plasmado el problema de la deuda yanqui con un brillante toque de humor. Y es que, todavía, mucha gente piensa que se trata de un juego en el que podemos permitirnos perder.


Una advertencia, la cifra de deuda es REAL. Por sorprendente que pueda parecer, Bush II añadió sobre los hombros de los americanos tanta deuda como todos sus predecesores y Obama, antes de completar su primer (esperemos que único) mandato, va camino de haber sumado tanto como todos los presidentes anteriores, incluido el igualmente nefasto Bush II.



Aún así, seguirá habiendo gente que esto les siga pareciendo una broma. Algún listillo, que siempre los hay, se sacará de la manga el dato poco conocido de que el principal acreedor de EE.UU. no es ni el Partido Comunista Chino ni la Reserva Federal, sino las propias instituciones del gobierno federal americano. Claro está, sin embargo, que por muchos impuestos que paguen los funcionarios, la deuda se paga de forma efectiva con la riqueza que se sustrae a quienes trabajan en el sector privado, desde los más ricos a los más pobres.

Eso no tiene vuelta de hoja y bien podemos hacer como MariObama o el politiquillo de turno, seguir dilapidando la recaudación de la hacienda pública como si ese dinero no fuera de nadie o bien, coger el toro por los cuernos y afrontar un reto tan necesario como imposible, poner el contador de deuda a cero. Tarea hercúlea donde las haya pero tranquiliza saber que no sería ser la primera vez que se logra, sería la segunda.

Puede parecer una utopía. No obstante, se aceptan generosas donaciones para lograrlo. Visto está que no es la peor manera de emplear su dinero.

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