Mientras continúo recabando información, como las recientes declaraciones del antiguo presidente del Instituto Nacional de Salud (Insalud), sobre el precario estado del SNS, sigo presenciando, como observador imparcial, los últimos movimientos de los “indignados”.
Casualidades de la vida, este domingo han coincidido la “penúltima” manifestación de este movimiento contrario a la “democracia representativa” con la decisión por parte de la coalición electoral “Izquierda Unida” (el miembro de la “partitocracia” que más afín se ha mostrado a las demandas de los “indignados”) de permitir, con su abstención, que la comunidad autónoma de Extremadura sea gobernada por el partido que, supuestamente, representa a la “derecha” política, o sea, el Partido Popular.
El siempre "indignado" PÚBLICO comparando ambas noticias (edición digital)
Clara plasmación de que la auténtica “democracia real” es la “realmente existente” y no las ensoñaciones de un puñado de jóvenes ociosos y descontentos, por mucho que les sonría la suerte o reciban los apoyos de “ricas herederas”, la “plutocracia globalista” o presuntos prevaricadores.
Puede que a algunos les moleste que ironicemos sobre la profundidad de las raíces teóricas que nutren este “movimiento de indignación ciudadana”; cabría añadir que más molesto resulta escuchar ciertos “sermones” poco o nada documentados sobre la “necesaria” transformación de nuestra economía.
En fin, yo creo que el problema de fondo es que una mayoría de este país no ha comprendido lo que entraña el concepto “democracia”.
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