Presiento que, de ahora en adelante, me va a resultar imposible no mentar con asiduidad a
Ron Paul, uno de los
postulantes para la candidatura republicana a la Presidencia de los Estados Unidos de América.
Me hago cargo de que, por desidia o la escasa y sesgada información proporcionada por los medios de comunicación masiva, a la inmensa mayoría les resultará desconocida esta figura política. Sin embargo, fue de los primeros en
anunciar su candidatura.
Aspirantes republicanos, de izquierda a derecha:
Rick Santorum, Herman Cain, Ron Paul, Mitt Romney, Michele Bachmann, Tim Pawlenty, Jon Hunstman, Newt Gingrich.
A pesar de que las grandes cadenas y
agencias de noticias, lejos de favorecerle, más bien le han
ignorado sistemáticamente, ello no ha sido óbice para que se lograra imponer a sus rivales en múltiples
encuestas de preferencia de voto.
Con la popularidad de Obama
bajo mínimos,siendo incapaz de
generar confianza en su gestión económica y a la vista de sus
infructuosos intentos de recuperar el favor del electorado, parece más que probable que la alternancia en la Casa Blanca acontezca en 2012.
Si por algo se caracterizan las campañas electorales “made in USA” es que, tan pronto se celebran las elecciones,
comienza la precampaña y, desde entonces, da inicio una auténtica carrera de fondo en la que rápidamente se dan los
primeros abandonos a la par que se definen los
primeros favoritos.
Los medios “izquierdistas” no tardaron en publicitar a
Bachmann como ganadora a la vez que se hacían eco de algunos de sus
comentarios más polémicos pero en ningún caso se dignaron en mencionar las sospechas de
compra de votos y menos aún algún que otro
inquietante enigma que rodearon a su victoria, tan sólo una primera etapa en la carrera por la nominación republicana.
De todas maneras, los
resultados de Iowa han conllevado que hasta
los medios “oficialistas” reconozcan las posibilidades reales de la candidatura de Ron Paul. Incluso los
más cerriles “voceros” conservadores están cada vez más inquietos ante la posibilidad, más probable que nunca, de que Ron Paul se imponga. Y es que, desde los medios conservadores a los baluartes del “progresismo yanqui”, como puede ser el
Washington Post, se ha reconocido que el aspirante “libertario” bien pudiera lograr esta vez su objetivo. Los resultados de la
encuesta de Iowa sólo han confirmado esa sospecha.
Además, Ron Paul cuenta con una virtud de la que pocos de sus contrincantes pueden hacer gala. Su
coherencia política. Aunque al europeo le parezca extraño, en EE.UU, si se tiene en cuenta
lo que votan los congresistas. Se conserva ese antiguo pero no anticuado concepto de que el representante debe defender ante el parlamento los intereses del representado. Ron Paul siempre ha defendido que una sociedad libre y próspera no puede separarse de los principios que rigen el “libre mercado” y, consecuentemente, ha sido un crítico incansable del perverso sistema monetario imperante, de la Reserva Federal, del salvamento con dinero del contribuyente de sectores e industrias en crisis (sector bancario, industria automotriz...) y el incremento de la voracidad fiscal. A la vez, ha sido principal valedor de un
presupuesto federal equilibrado, de reducir la actividad del gobierno a los campos expresamente enunciados en la Constitución Americana, siendo particularmente enconada su oposición a los crecientes poderes que las autoridades se han atribuido para “luchar contra el terrorismo” tanto en
suelo doméstico como en el
extranjero.
Al ser el único
defensor de una política exterior sensata, no es de extrañar que la
progresía yanqui menos sectaria vea en él una alternativa para hacer retornar a EE.UU. al lugar que le corresponde, fuera de los campos de batalla.
Los que siguieron en debate no tienen dudas sobre quién es su candidato
He mencionado de pasada que Ron Paul sería lo que en el espectro político americano se conoce como “libertario”. Atentos a cómo expresa su afiliación ideológica el “órgano de prensa” del progresismo español
(ElPaís):
“Con 4.823 votos, Bachmann dejó en segundo lugar a Ron Paul, que obtuvo 4.671. Paul se ha presentado ya a las elecciones presidenciales en dos ocasiones. Su discurso es el de un libertario extremo: pide que el Estado se inhiba de interferir en las vidas de los ciudadanos hasta el punto de que ha pedido abiertamente que se deje a Irán en paz, aunque desarrolle reactores nucleares, y que se traigan a casa todas las tropas en el extranjero. En su utópica campaña de 2008 consiguió electrizar a los votantes más jóvenes del partido, aunque se retiró a cinco meses de las elecciones.” Es decir, pedir que se deje en paz a los pobladores de otros países absteniéndose de usar sanciones económicas y la fuerza militar se corresponde con un discurso “extremista”. Acabáramos, a ver si El País se ha convertido al
“neoconservadurismo”, o como lo definió el propio padre de la criatura,
Irving Kristol, “progresistas asaltados por la realidad”. De esta manera, seguro que inconscientemente se han unido los
“neocon” americanos en su lucha por desacreditar al pre-candidato republicano. Reafirmando lo dicho, también los
neocon” ibéricos lo consideran un candidato “marginal”, prefiriendo en su lugar al que fuera íntimo colaborador de
Al Gore. No importa que Ron Paul haya tomado la delantera en
importantes sondeos, no hay peor ceguera que no querer ver.
Con perseverancia y algo de suerte, los que ansiamos vivir “libres y en paz” no nos tendremos que exiliar a una
isla flotante ya que es factible que la antigua referencia del “mundo libre”
vuelve a serlo. La situación actual es propicia para un auténtico golpe de timón. Destacados empresarios han llamado a la
“rebelión” contra una clase política desacreditada. Figuras como Ron Paul, con un dilatado historial de lucha contra el
“establishment”, a buen seguro se beneficiará del hartazgo ciudadano ante el modo de actuar en Washington D.C.
Por último, no quisiera terminar sin antes
felicitar por su cumpleaños (con unos días de retraso) al que sería mi candidato si hubiera nacido americano. Le deseo toda la suerte del mundo, le hará falta.
Parece mentira que tenga que ser Russia Today la que esté dando cobertura mediática a quien pretende restaurar los principios que cimentaron la grandeza y excepcionalidad americana