Frases que inspiran

"Nunca atribuyas a la maldad lo que puede ser explicado por la estupidez"

Principio de Hanlon


miércoles, 27 de julio de 2011

Maldita crisis

Maldita crisis. Lo cierto es que no lamenté cuando el ejecutivo, obligado por nuestros nuevos gobernantes, los tecnócratas del FMI y la Comisión Europea (instituciones ambas refractarias al concepto clásico de democracia); aplicó un tijeretazo al salario de los empleados públicos. Cuando ello aconteció, cierto es, no cobraba como ahora un sueldo de la administración pero, teniendo en cuenta que en algunos países de nuestro entorno, la formación médica especializada no sólo no es remunerada sino que es de pago, a día de hoy tampoco rechazo la medida. Igualmente, no consideré un “atentado contra el estado de bienestar” cuando ese mismo “gobierno títere”, cumpliendo las órdenes de sus nuevos amos, dictaminó que las pensiones públicas no se revalorizarían de acuerdo al incremento del IPC con la consiguiente pérdida de poder adquisitivo que ello conlleva. Soy consciente desde hace bastante tiempo que ese “pilar del estado de bienestar” conocido como Seguridad Social, no es más que un gigantesco “esquema ponzi” que contribuirá al colapso definitivo de las Haciendas Públicas de las naciones de Occidente. Aun así, todavía no contemplo abandonar el país.

Sin embargo, sí lamentaré amargamente como la crisis y su repercusión en el mercado publicitario se ha llevado por delante una de esas honrosas excepciones que pervivían en la parrilla televisiva entre la mediocridad generalizada que ejemplifican tertulias barriobajeras, eventos deportivos “narcotizantes” y demás subproductos de la telebasura.

El fin de la emisión de la “Tertulia de los catedráticos” supone todo un mazazo que traduce la precaria situación financiera que vive LDTV y, en general, todos los canales minoritarios de la TDT que se han de contentar con las migajas de la tarta publicitaria que se reparten las grandes empresas del sector, que se encuentran además en proceso de consolidación (adquisición de la Cuatro por Telecinco y la más que previsible asunción por Antena3 de la ruinosa Sexta)

No deja de ser curioso como una iniciativa que pretendidamente debía fomentar la pluralidad en el sector televisivo acaba deviniendo en todo lo contrario. Será que la mentira es constitutiva al discurso político o tal vez porque éstos saben que se dirigen a una sociedad acrítica y desinformada. Si lo cierto es lo segundo, con más razón debe lamentarse la desaparición de un espacio tan enriquecedor intelectualmente. Por todo ello, disfruten del último programa emitido y esperemos que la dirección de la cadena sepa rescatar y dar cabida en su programación para la nueva temporada un formato equivalente.


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